Generamma ha puesto en marcha por primera vez una convocatoria de cortos estatales realizados por mujeres del Estado español o residentes en España.
El jurado ha estado conformado por Ana Rosa Diego, Blanca Elena Rey, Nuria Vargas, Oliva Acosta, Patricia Ramírez y María José Jiménez Flor.
En el bloque 2 se proyectarán, el viernes 15 de septiembre, Alegre y Olé, de Clara Santaolaya; Algo Permanente, de Ana de Alva; El regalo, de Rosario Pardo; Lava, de Carmen Jiménez y Pompita, de Ana Graciani
Alegre y Olé, de Clara Santaolaya
Sinopsis: Lena y Carmen están ingresadas en un centro de salud mental. A pesar de su diferencia de edad, estas dos mujeres desarrollarán una relación muy especial y, en cierta media, especular. Así, a través de la empatía, el cariño y la falta de juicios, ambas lograrán superar sus propias culpas y miedos y
plantar la primera semilla de su recuperación.
Algo Permanente, de Ana de Alva
El regalo, de Rosario Pardo
Sinopsis: Dos mujeres de edad similar pero de realidades muy distintas van a unir sus destinos en el mismo lugar y en el mismo momento. En una playa de Melilla, Saima pierde la vida después de llegar con su hijo en una patera e Irene empieza a vivir la suya de una manera distinta a como lo ha hecho hasta ese momento después de encontrarse con el niño de ésta.
Lava, de Carmen Jiménez
Sinopsis: Tras la separación de sus padres, Berta (7) va con su madre y su hermana a pasar unos días de verano a la casa de campo de su abuela. Durante la hora de la siesta, mientras los adultos duermen, su primo Jorge (15) se ofrece para enseñarle a montar en bicicleta. El adolescente es atento y cuidadoso con ella, hasta que el ambiente se enrarece.
Pompita, de Ana Graciani
Pompita es la mascota de una clase de infantil y sus fines de semana son… “un auténtico infierno”. Cada viernes le toca a un niño llevárselo a casa, para “pasarlo pirata”, como después queda reflejado con testimonios fotográficos en El libro de Pompita. El pobre peluche se ve obligado a realizar todo tipo de viajes y actividades, en una especie de espiral competitiva de las familias. Es domingo y Flora, la atareada mamá de Sofi, se da cuenta de que todavía no han hecho nada especial. Apenas tiene unas horas para arreglarlo, unas horas donde todo vale, todo, con el único objetivo de estar altura y no sentirse una mala madre.