En la categoría de ficción del Programa de Creadoras Generamma 2023 estarán Justa y Rufina, de Olga Navalón y Candela Cruz; La mella, de Paola Arco e Ítaca, el videoclub de los sueños perdidos, de Helena Castilla
De Justa y Rufina el jurado ha destacado «el protagonismo de las mujeres en distintas épocas de la historia y el reflejo de los problemas a los que se enfrenta cada generación»; de La Mella «la mirada de los menores ante una situación ya complicada para adultos como es una separación» y de Ítaca, el videoclub de los sueños perdidos que sea «una propuesta en la que los personajes se reconcilien con sus niñas del pasado y normaliza los diferentes tipos de sexualidad y la forma de disfrutar de ella».
Justa y Rufina, de Candela Cruz y Olga Navalón
Justa y Rufina es la historia de cuatro generaciones de mujeres unidas por el mismo nombre y el silencio. Justi y Rufi son dos jóvenes millennial. Se conocen de toda la vida del pueblo (La Jara), pero llevan un tiempo separadas. Ambas lidian con diferentes trastornos psicológicos, como la bulimia y la depresión, a través de la evasión. Una historia del pasado; la historia de La Chata y Rufina (la bisabuela de Rufi), las llamadas ‘Niñas de la Reja’, las invadirá en su día a día, obligándolas a afrontar, como ellas dicen: “sus mierdas”. La historia de Las Niñas de la Reja se remonta a 1935 cuando Rufina y La Chata disfrutan de una vida tranquila y feliz en La Jara. Es entonces cuando aparece un francés adinerado que se encapricha de La Chata. El francés, tras contraer un matrimonio de conveniencia, la encierra en su casa maltratándola psicológica y físicamente. Rufina, movida por la rabia, trama un plan para salvar a su amiga; fingen la muerte de La Chata en un incendio aparentemente accidental. Esta huye y vive clandestinamente en un palomar abandonado con la idea de esperar a que el francés abandone La Jara. Sin embargo, después de la falsa muerte de la Chata, el francés se aferra aún más al pueblo. Las dos amigas tendrán que enfrentarse al miedo, el hambre y la recién estallada Guerra Civil con una dificultad añadida: el bebé que crece en el vientre de La Chata… Esta vieja historia, narrada por Rufi, obsesiona a Justi, que desinteresada por su propia vida y atraída por la desgracia de 1935, forzará encuentros con Rufi para seguir conociendo la trama de Las Niñas de la Reja. Justi, tiene una relación tóxica con el deporte y la alimentación, padece bulimia. El lastre de Rufi es convivir con una madre desequilibrada emocionalmente y drogodependiente. Las trágicas vidas de la Chata y Rufina atraviesan el presente de Justi y Rufi influyendo en sus decisiones, mostrándose así cómo los miedos y los trastornos se heredan entre generaciones, en parte, por culpa del silencio.
La mella, de Paola Arco
Marta acaba de cumplir 9 años cuando sus padres están a punto de separarse. Se está haciendo mayor y se le ha empezado a mover el último diente de leche. Cuando Jorge, el vecino de la nueva casa de su madre, trae al colegio una carta escrita por el Ratoncito Pérez, Marta investiga junto a su hermana pequeña, Nerea, cómo hacer que el Ratón no solo le traiga una moneda como siempre ha hecho. Se hace complicado cuando Marta y su hermana tienen que cambiarse de casa cada semana, cuando Marta tiene problemas en el colegio, cuando hay ratones merodeando por la casa de su madre y cuando sus padres no tienen tiempo para ellas y es Marta la que tiene que enseñar a leer a Nerea. Entre tanto, recopilan una lista con todo lo necesario para una conseguir una buena recompensa, pero, a pesar de todo, el ratón solo le trae una moneda cuando se le cae el diente. La magia se ha acabado para Marta, pero Nerea insiste en investigar qué ha pasado. Marta ha descubierto un cofre con todos sus dientes de leche en la mesita de noche de su madre y ahora prefiere jugar con sus amigos del colegio, no estar casi por casa y dejar de tener relación con su hermana. Pero le da una última oportunidad al Ratón Pérez cuando a Nerea se le cae su primer diente. Vuelven a preparar todo lo necesario para ver si se cumple esta vez y todo ha sido una equivocación. Pero a la mañana siguiente, Nerea no tiene recompensa, ni el ratón se ha llevado su diente. Su madre está dormida en la cocina rodeada de papeles y Marta entiende qué pasa. La pequeña está al borde de perder la magia y la ilusión, pero Marta escribe a escondidas la carta del Ratoncito Pérez para que al final su hermana la encuentre y la lea junto a ella.
Ítaca, el videoclub de los sueños perdidos, de Helena Castilla
Érase una vez tres amigas desde siempre, Lorena, Dori y Geta, tres amigas desde los tiempos analógicos en que estudiaban la EGB y soñaban con dedicarse a hacer películas como las que alquilaba Paco, el hermano de Dori, en su videoclub.
En la actualidad, soplando cada una más de 40 velas, sus caminos se han separado, sobreviviendo como pueden en trabajos precarios y temporales. Sus sueños compartidos de luces, cámaras y estrellas parecen que jamás podrán cumplirse.
Cuando Lorena recibe la noticia de que el local del viejo videoclub de Paco va a ser derribado, decide reunir de nuevo a sus amigas para volver al pueblo, y tratar de salvar aquellos viejos VHS con los que aprendieron a amar el cine y la vida.
Las tres, en compañía de Debra, la hija adolescente de Greta, inician su particular viaje a Ítaca, un regreso al pasado que les servirá para volver a encontrarse con ellas mismas, y recuperar las ilusiones perdidas…